Pimientos rellenos de tortilla

Hace muchos años, pero muchos, que hacía yo esta receta. La vi en un foro de cocina y en su tiempo fue un bombazo.

No recuerdo quién fue el primero o la primera que la inventó. Lo que si recuerdo es lo resultona que quedaba y lo rica que está.

Aunque se puede preparar todo el año, no sé porqué a mi me resulta más apropiada para el verano, será por eso de los pimientos fritos o porque se come en frío.

El caso es que como aperitivo es un plato muy original, sencillo y bastante asequible al bolsillo.

INGREDIENTES: Para tres pimientos 

3 pimientos verdes grandes y que sean de cuerpo ancho y recto.

1 patata grande

1/2 cebolla

1 huevo grande

sal y aceite para freir

Pan rallado

PREPARACIÓN:

Vamos a preparar las patatas como si fuera para una tortilla, yo las corto a cuadraditos. Las sazonamos y  freímos con la cebolla, escurrimos y dejamos templar antes de mezclarlas con el huevo batido. Si la patata es muy grande y vemos que el huevo es poco añadimos otro.

Lavamos muy bien los pimientos y los secamos. Cortamos la parte superior y quitamos las semillas que hayan quedado. Los colocamos en una taza o cualquier recipiente que los mantenga de pie y con una cucharilla vamos rellenando con la mezcla de tortilla, procurando que llegue hasta abajo. Ponemos un poco de pan rallado en la parte superior y freímos en el mismo aceite donde hicimos las patatas dando vueltas para que se haga por todos lados. No pongáis el fuego muy fuerte.

Dejamos enfriar bien, incluso es mejor guardar en la nevera un par de horas para poder cortarlos en rodajas. Descartamos la primera rodaja (la que tenía el pan rallado) y servimos con un poco de alioli.

Freimos la patata y la cebolla como tengamos por costumbre.

Dejamos que la patata se enfríe y la mezclamos con el huevo batido.

Lavamos y secamos los pimientos. Procurad que sean "rectos" que no tengan curvas para poder rellenarlos bien.

Cortamos la parte superior y quitamos las semillas que puedan quedar.

Los colocamos en una taza para que se queden de pie y los rellenamos. 

Le ponemos un poco de pan rallado encima, para que no se nos salga el relleno.

Los freímos a fuego no muy fuerte. Al principio se nos caerá algo de pan rallado, no pasa nada. Con una cucharita le echamos aceite caliente al pan rallado y se formará rápidamente una "costra" que sellará los pimientos.

Vamos dando vueltas para que se fría por todos lados. Los dejamos enfriar y mejor si los guardamos en la nevera un par de horas.

    Los cortamos a rodajas. Mirad que aperitivo más chulo.

    Se toma frío con alioli y unas cervecitas frescas. Un picoteo genial.

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